domingo, 7 de agosto de 2016

no os fiéis de la gente a la que no le gusta la cerveza, probablemente no sean humanos

no os fiéis de la gente a la que no le gusta la cerveza, probablemente no sean humanos

no os fiéis de la gente a la que no le gusta la cerveza, probablemente no sean humanos , teorema del absurdo, hermanos Marx, Groucho Marx







La cerveza (del celto-latín cerevisĭa​) es una bebida alcohólica, no destilada, de sabor amargo, que se fabrica con granos de cebada germinados u otros cereales cuyo almidón se fermenta en agua con levadura (básicamente Saccharomyces cerevisiae o Saccharomyces pastorianus) y se aromatiza a menudo con lúpulo, entre otras plantas.
De ella se conocen múltiples variantes con una amplia gama de matices debidos a las diferentes formas de elaboración y a los ingredientes utilizados. Generalmente presenta un color ambarino con tonos que van del amarillo oro al negro pasando por los marrones rojizos. Se la considera «gaseosa» (contiene CO2 disuelto en saturación que se manifiesta en forma de burbujas a la presión ambiente) y suele estar coronada de una espuma más o menos persistente. Su aspecto puede ser cristalino o turbio. Su graduación alcohólica puede alcanzar hasta cerca de los 30 % vol., aunque principalmente se encuentra entre los 3 % y los 9 % vol.
Según Anderson y Hull, «el lúpulo da a la cerveza ese sabor límpido y amargo, sin el que malamente puede llamarse cerveza».​ En la Baja Edad Media se originó la costumbre de cocer el mosto con flores de lúpulo​ A partir de entonces nació la bebida que hoy identificamos como cerveza, distinta del vino de malta.​ Tal costumbre se originó en Alemania hace unos mil años. El lúpulo sustituyó a los aromatizantes hasta entonces utilizados, dando a la cebada fermentada alcohólicamente su amargor característico. El lúpulo contribuye también decisivamente a su conservación. Además obra como eficaz antiséptico y estabilizador. También sirve para detener la fermentación acética y clarificar el líquido, causando la precipitación de las sustancias albuminosas. Los primeros testimonios que tenemos sobre el uso del lúpulo se remontan a la Alemania del siglo XI, con motivo de los impuestos por el uso del allí llamado grut, que en inglés llaman gruit —el conjunto de yerbas utilizadas en la elaboración de la cerveza— que fue sustituido por el lúpulo.
Sin el uso del lúpulo, el fermentado proveniente de la cebada no pasa de ser un vino de malta —que no lleva lúpulo y, si lo lleva, no puede ser fresco—, que recuerda por su sabor más al vino que a la cerveza. Cuanto menos lúpulo se usa, la bebida resulta más vinosa. Si la malta está muy tostada no hace falta usar tanto lúpulo para evitar el sabor vinoso. En francés el vino de malta es llamado vin d’orge, en inglés barley wine, en alemán Gerstenwein y Maltonwein y en italiano vino d’orzo. Sabe a vino, se sirve en copa de vino, tiene una graduación similar a la del vino y los mismos usos que el vino. Se distinguen incluso vinos de malta de mesa y de postre. No se los considera cerveza, aunque los famosos vinos de malta de Bélgica —aderezados con frutas— suelen ser incluidos al tratar de las cervezas, en calidad de «cervezas especiales». Tritton señala en su manual que, para elaborar cerveza en vez de vino de malta, basta añadir lúpulo y un fermento de los usados para elaborar cerveza. En el caso del vino de malta, se suprime el lúpulo y se utiliza fermento de vino en vez de fermento de cerveza.​ El lúpulo identifica tanto o más la individualidad de la cerveza, que la cebada u otros cereales. Tampoco tienen la consideración de cerveza, ni se llama cerveza, pues carece de lúpulo, el fermentado alcohólico, de unos 7 % vol. del que se extrae por destilación el whisky.
Además del vino de malta, existen otras bebidas alcohólicas con características o apariencia diferentes pero fabricadas también a base de almidón fermentado que, cuando no tienen un nombre específico —como es el caso del sake—, son asimiladas a cervezas. En este último caso se añade un complemento al nombre de «cerveza» a fin de evitar malentendidos —por ejemplo, cerveza de banana—. La cerveza sin alcohol es un caso especial ya que su contenido alcohólico es despreciable o nulo, aunque comparte las mismas características de base que el resto de las cervezas porque se ha desalcoholizado durante la elaboración.
Se podría clasificar el sake como cerveza de arroz —aunque hay varias diferencias— si se adoptase un criterio analógico. La cerveza es para los europeos lo que el sake para los japoneses. En sentido analógico, la cerveza también puede ser clasificada como un sake. Las clasificaciones analógicas suelen rechazarse científicamente por poco rigurosas, pues no distinguen adecuadamente el género de la especie. Si denominamos a todos los mamíferos «vacas», posteriormente hay que distinguir entre vacas «propiamente dichas» y otros animales que sólo son vacas por asimilación. No existe una palabra para designar a todas las bebidas provenientes de cereales alcohólicamente fermentados. Para el inglés, Harold J. Grossman ha propuesto brews y malt beverages.
En Japón la cerveza, tal y como se conoce en Occidente, fue inicialmente un producto importado. Hoy en día existen fábricas de cerveza japonesas y para designar dicha bebida se adaptó la locución bier a dicho idioma como biiru (ビール). Aunque para hacer cerveza se utiliza muchas veces arroz, no sólo la elaboración es distinta, sino también la fermentación. En la tradición oriental, en la fermentación alcohólica del arroz, el sorgo o el mijo, el fermento utilizado proviene de esos mismos cereales, y está basado en las esporas del Aspergillus Orizae, un hongo asexuado. Produce la enzima llamada takadiastasa. Ese fermento se llama koji. Es palabra de origen japonés, pero que se utiliza en cualquier idioma, si se quiere designar ese fermento. El koji no incluye sólo el Aspergillus Orizae, relativo al arroz, sino también otros como el A. sojae relativo a la soja. Tiene la virtud de hacer fermentar en alcohol no sólo la sacarosa, sino también la lactosa. En la obtención de esas bebidas no se tuesta el cereal. También es distinta en consecuencia la preparación del wort. En una cultura cervecera en la que se efectúan clasificaciones tan sutiles como la distinción entre ale y beer sería muy difícil clasificar el sake como una ale o como una beer.
A diferencia de las bebidas obtenidas a partir de zumos de frutas fermentados, como los vinos, en la cerveza el cereal de base no contiene originalmente ni agua ni azúcar, caracterizando ambas carencias el proceso de elaboración. Para conseguir azúcar a partir del almidón del cereal, es necesario primero modificarlo mediante el malteado y sumergirlo en agua a la temperatura adecuada a fin de completar la conversión. El líquido resultante, compuesto de azúcares, proteínas y residuos procedentes del cereal, se filtra, se hierve vigorosamente y se le añade el lúpulo en caliente, aunque también existe la costumbre de lupular en frío —dry hopping, «en seco», en inglés—, operación que consiste en añadir las flores al mosto ya frío, bien en las cubas de fermentación, bien en las cubas de almacenamiento. Una vez enfriado a una temperatura que permita el desarrollo de las levaduras, se añaden éstas y se inicia la fermentación que producirá el alcohol y el dióxido de carbono (CO2).

no sé si estreno bragas o enciclopedia

no sé si estreno bragas o enciclopedia, bragas, enciclopedia, etiquetas de la ropa, etiquetas en la ropa, etiqueta, etiquetas,

no sé si estreno bragas o enciclopedia, etiquetas de la ropa, etiquetas en la ropa, etiqueta, etiquetas





Este artículo trata especialmente sobre la palabra «braga» y de la evolución de dicha prenda desde el tiempo de los romanos. El término como tal sólo quedó recogido en España para referirse a la prenda interior que usan las mujeres, cuya equivalencia en otros países hispanos ha dado lugar a palabras totalmente distintas pero en definitiva con el mismo significado.

braga antigua, culotte

Las bragas son una prenda interior que usan generalmente las mujeres. Cubren desde la cintura hasta el arranque de las piernas y tienen dos aberturas para que éstas puedan pasar. Con el tiempo y las diferentes modas y usos, las bragas han evolucionado en su forma y de paso también en su nombre, aparte de los distintos apelativos que esta prenda pueda tener en diversos países de habla hispana. Son muchos los eufemismos que en la actualidad se emplean para sustituir el término braga. Hoy en día, el equivalente de esta prenda en masculino es calzoncillo.
Antiguamente la palabra “bragas” se refería exclusivamente a una prenda masculina que cubría a las piernas de los varones y que se usaba en climas fríos. 


Bracatus totum corpus.


Por ejemplo, los latinos hablaban de la Galia Bracata cuando se referían a las zonas septentrionales de la Galia, ya que los varones usaban bragas (antecedentes de los pantalones, del mismo modo los habitantes de las mesetas frías de Persia solían ser representados con gorros frigios y bragas; todavía se emplea la frase “es un hombre bien bragado” para significar que es valiente, con una clara referencia a lo que las bragas cubren. Del nombre de la braga como prenda masculina deriva nada menos que la y aún se conserva otro rastro del uso masculino de esta prenda en el sustantivo bragueta (muy recientemente confundida con el cierre o zíper, zipper, aunque durante largo tiempo la bragueta era una especie de bolso —o incluso pequeña armadura—, apéndice que cubría los genitales externos masculinos en la braga masculina).
tanga, braga
tanga femenino

En el sur de la América meridional el "calzoncillo cribado" era el atuendo típico de los gauchos de inicios del siglo XIX. Se trataba de unas bragas criollas con encajes decorativos que constituían una prenda de orgulloso lucimiento, ya que podían llegar al tobillo y eran visibles bajo el chiripá (especie de lienzo externo que se pasaba entre las piernas por encima de las bragas, ajustándolas, y que se sostenía ciñéndolo en la cintura con una faja o cinturón). Hoy el gaucho o peón de campo no usa aquellas típicas bragas criollas, sino unos muy amplios pantalones camperos llamados bombachas de campo, que no son prenda interior. Sólo algún artista luce aquellos vistosos calzoncillos cribados cuando se rememora la tradición argentina en actuaciones folclóricas.
España y Colombia son los únicos países hispanohablantes que llaman “bragas” a las prendas íntimas femeninas, que cubren el pubis y a veces los glúteos. A continuación la denominación que reciben las prendas femeninas según el país:
  • En Argentina, Paraguay y Uruguay: la bombacha (diminutivo: la bombachita, plural: las bombachas). Se nombran también numerosas variantes que dependen del estilo específico de la prenda íntima y de su forma: el culotte, la vedetina, la trusa, el bombachón, y si es muy delgada por detrás y deja descubiertos los glúteos, son llamadas como: la tanga, la colaless, el hilo dental o el conchero, dependiendo del diseño. También se suele utilizar el sufijo "-less" para nombrar las prendas de lencería que han sido modificadas en su diseño para ser más delgadas en la parte del trasero, y dejarlo descubierto (culotte-less, body-less).
  • En Bolivia y Perú: calzón o trusa (si es muy delgada por detrás: tanga, o incluso hilo dental).
  • En Chile: calzón, calzones, cuadros o churrines (si es muy delgada por detrás, colaless o hilo dental)
  • En Colombia: bragas, cucos, calzones, pantaletas o panties (si es muy delgada por detrás: tanga, o incluso hilo dental).
  • En Costa Rica: calzones o calzón, blúmer cuando es grande o amplio, tanga si no cubre totalmente las nalgas o hilo si no las cubre del todo.
  • En Cuba, blúmer o blume, que viene del vocablo inglés bloomer.
  • En Ecuador: Antiguamente se usaba la palabra calzonarios. Actualmente se los denomina de acuerdo al tamaño: "calzón" cuando son grandes, "tanga" cuando el área que cubre es más pequeña y se denomina "hilo dental" cuando apenas cubre la zona íntima por delante y es muy delgado por detrás. Para el caso de prendas masculinas se usa calzoncillos.
  • En El Salvador: Antiguamente se usaba "bloomer pierna alta". Actualmente se los denomina de acuerdo al tamaño: "calzón", "bloomer" o "Cacheteros" cuando son grandes, "tanga" cuando el área que cubre es más pequeña y se denomina "hilo dental" cuando apenas cubre la zona íntima por delante y es muy delgado por detrás. Para el caso de prendas masculinas se usa calzoncillos.
  • En España: bragas o braguitas (si es muy delgada por detrás, tanga).
  • En Guatemala: calzón
  • En Honduras: Pantie o calzón (si es en bikini se le llama tanga).
  • En México: calzones, chones, choninos (términos usados indistintamente para las prendas masculina y femenina, el segundo es un eufemismo del primero), jaulas o pantaletas (si es muy delgada por detrás, tanga).
  • En Panamá y Puerto Rico: panty (del inglés panties).
  • En la República Dominicana: panties (si es muy delgada por detrás: tanga, o incluso colaless) y blumen, que proviene del vocablo inglés bloomers.
  • En Venezuela: pantaletas (si es muy delgada por detrás; hilo, hilo dental o tanga).

En otros países de América Latina es llamado "calzón de mujer" o "calzoncillo femenino". Es de hacer notar que algunas de estas denominaciones pueden recibir indistintamente el nombre en singular o plural para referirse a una sola pieza. En el lenguaje formal se denomina "ropa interior femenina" o "lencería". Además las variedades de prendas reciben distintas denominaciones y suelen variar en cada país.
Se cree que la voz “braga” procede de los celtas, que a su vez la tomarían de los germanos. La palabra original (citada por los romanos, en latín) es braccae (palabra plural), cuyo sonido [k] intervocálico deviene fricativo sonoro [ɣ] en el neolatín ibérico, con notación g. De esta manera braccae da "bragas" (a través de la forma acusativa (objeto directo) plural braccās).

no te olvides de escribir, espero que no, con lo que me costó aprender

no te olvides de escribir, espero que no, con lo que me costó aprender,



no te olvides de escribir, espero que no, con lo que me costó aprender,
tren, despedida, blanco y negro, películas, pelis,
no te olvidos de escriure en chapurriau.




Extraños en un tren , Patricia Highsmith

Extraños en un tren